Las cucarachas de Columbus no sobreviven al invierno,
Se mueren sepultadas bajo el hielo,
Si es que alguna vez las hubo, o hubiere.
Sólo quedan piñas raras que se desprenden de los árboles,
Y te corretean los pies como insectos imaginarios.
Nunca más volveré a tener miedo de vivir en una novela de Kafka,
Nunca más trazaré en mi mente cucarachas hipotéticas,
De las que sobreviven al invierno de Barcelona,
Y a la inminente fusión nuclear del imaginario popular.
Pero las cucarachas inciertas de Columbus
Aunque se pasean sólo en mi mente,
Son vestigios de mi miedo antiguo,
Que vuelve y vuelve
Para quedarse.